¿Cómo se ve tu amor propio?

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Desde pequeñas se nos ha enseñado a velar por el bienestar de los demás, amarles y servirles.  Sin embargo, no hemos aprendido a amarnos a nosotras mismas de la misma forma en que nos preocupamos por amar a otros.  Vemos el amor propio como un acto egoísta y egocentrista, cuando en realidad es el pilar de todo lo que hacemos y cómo lo hacemos.  

¿De qué se trata el amor propio?

Aunque los medios sociales y las campañas de publicidad promueven una imagen perfecta y super idealizada de lo que es el amor propio, este no se vende en las tiendas y tampoco se logra con una rutina de 3 pasos o un día de SPA.  Se trata de una acción consistente que necesitas repetir a diario por ti y para ti.  Esa acción puede manifestarse de distintas maneras, pero solo tú sabes cuál necesitas aplicar en cada circunstancia de tu vida.  Para lograr esto, es importante que te conozcas y desarrolles la curiosidad de explorarte. 

Cuidar de tu imagen y cada uno de sus elementos, por ejemplo, es una forma muy genuina de aplicar el autocuidado como un acto de amor propio.  Escucharte, respetar tus procesos y sus ritmos, regalarte espacios de silencio, bailar contigo, aplicarte una mascarilla facial o darte un masaje corporal, establecer límites sanos, practicar la escritura reflexiva, salir a divertirte y compartir con tus amigas, ponerte la ropa que te gusta sin juicios, mirarte al espejo y hablarte bonito, organizar tus espacios, asistir a tus citas médicas de seguimiento, hacer cosas que te hacen feliz y te aportan bienestar; todo esto es amor propio, pero no se nos enseña, toca aprenderlo.  

¿Qué papel juegan tus diálogos internos?  

Pues los diálogos internos, por su parte, también son fundamentales en este proceso de aprender a amarnos.  Cada pensamiento que llega a tu mente cumple una función y tú eliges cuál de ellos cultivar para hacerlo florecer de una manera positiva en ti.  En ocasiones, nos encontramos en un patrón repetitivo de diálogos poco amorosos llenos de críticas, juicios, inseguridades, límites, miedos y hasta historias construidas por nosotras mismas que no existen.  

Todo esto nos lleva a desarrollar un sistema de creencias limitantes que sabotean nuestro crecimiento impactando la proyección consciente de nuestra imagen personal.  Lo mismo pasa con nuestras expresiones verbales.  ¿Te escuchas cuando hablas sobre ti?  Detente un momento y evalúa tus expresiones.  A veces, hay mucha información que puedes recopilar sobre ti en la forma en que te comunicas, incluso frente al espejo contigo misma.  

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La clave está en tu disposición

De nada sirve que yo te diga qué hacer si no hay disposición de tu parte para iniciar o continuar un camino de autodescubrimiento que te permita experimentar el amor propio en todas sus formas.  Aprender a amarte es un proceso lento, dinámico e individual que cada una puede vivir desde una perspectiva distinta. Los resultados de esta acción amorosa son muy satisfactorios y no solo impactan tu vida, sino tu entorno y la manera en que lo percibes. 

Para lograr que tu amor propio se vea y se sienta auténtico, es imprescindible que tengas la disposición de conectar contigo, identificar tus creencias limitantes y elegir cómo te quieres sentir.  Cuando tienes esto claro, el camino se hace más llevadero y puedes empezar a desarrollar una mejor relación con el amor propio.  

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